Stephen Hawking y su efecto en mi, un cristiano del siglo XIX

Cuando alguien muere, me gusta pensar y decir que para él no hay más secretos … o sea, no hay más misterios sobre la vida eterna, Dios, etc.

Si hay un hombre que merece respeto por su trabajo científico, es Stephen Hawking quien murió hoy.

Es muy probable que a lo largo de mi vida no tenga la oportunidad de volver a decir con tanta propiedad «para él no hay más secretos» no porque otros no piensen sobre la vida sino porque él se dedicaba a desvelar secretos. Deut.29:29 dice «Porque las cosas encubiertas pertenecen al Señor nuestro Dios, pero las reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre» . Es decir, nuestro deber es investigar y desvelar secretos pues no hay como descubrir aquello que Dios no quiere que sea descubierto. Debemos ir a fondo en la jugada de entender cómo funcionan las cosas. Atrevernos a pensar diferente sin tener en cuenta las críticas, la burla, el desprecio de los demás que ni intentan o no tienen la capacidad de intentar.

Es obvio que para los miedosos e inseguros de turno, Stephen Hawking constituía una amenaza y no una fuente de inspiración así como lo constituye cualquier persona que se atreva a pensar por sí mismo y no a seguir la manada. Para ellos, el servicio a Dios está más en ocultar la verdad que en traer a la superficie lo que está ahí para ser descubierto, y en eso, Stephen Hawking lo hizo y en gran estilo.

Para mí, él está a la altura de Carl Sagan, Albert Einstein, Isaac Newton, Charles Darwin, Colón, etc. es decir, alguien digno de admiración por lo que hace y por cómo contribuye a la humanidad como un todo.

Todavía vamos a ver muchas cosas que serán aplicación directa e indirecta de los descubrimientos, ideas y teorías de él. Y de la misma forma vamos a ver los miedosos e inseguros de turno usando esas cosas de forma liberal sin tener la mínima noción de donde vinieron pues adoran en el altar de la ignorancia y el descuido intelectual lo que da lugar a una falsa fe que en nada contribuye para el, desarrollo del ser humano como ser humano.

Entonces, como dice Romanos 7:13, rendimos honor, tributo a quien la merece (sólo los locos pueden entender esto) «Por lo tanto, dad a cada uno lo que debéis: a quien tributo, tributo, a quien impuesto, impuesto, a quien temor , temor, a quien honra, honra »

Entonces, murió Stephen, ¡Qué viva Stephen!

 

https://g1.globo.com/ciencia-e-saude/noticia/morre-o-fisico-stephen-hanking.ghtml

Acerca de Esteban D. Dortta

Esteban es pastor evangélico. Cursó teologia en el Seminário Teológico Bautista del Uruguay entre 1991 y 1994. Nacido en 1971, vive en Brasil desde 1995. Entiende que las libertades de pensamiento, expresión y reunião son esenciales al desarrollo no apenas cristiano mas de la sociedad completa.